martes, 26 de noviembre de 2013




Este es el último libro que hemos publicado en ANSER. De hecho, acaba de salir de imprenta hace unos días. Trata sobre las aves de los llanos desarbolados, un biotopo muy particular, en el que se desenvuelven una gran variedad de aves de gran importancia. De hecho ya habíamos publicado otros dos anteriores sobre distintas especies que moran en este tipo de hábitats, en concreto "Avutarda y Sisón, Vigilantes del Llano" y "Ganga y Ortega, Reinas del Llano". Algunos pueden pensar "que empezamos la casa por el tejado", y que este libro genérico sobre las aves del llano debería haber ido antes (el primero), pero como la idea inicial era tratar las aves por parejas o por grupos de aves semejantes, dimos comienzo por las dos parejas de especies más características y más importantes, y a partir de ese momento, cuando tocaba empezar con otras especies con menos semejanzas o incluso de menos importancia faunística, hemos preferido hacer antes este genérico, que sirva para dar a conocer tanto el biotopo en general como la importancia de las aves que lo habitan, e incluso lo que será la colección completa, cuando esta termine algún día.
En este libro, cuyo autor es nuestro presidente Manuel Calderón, además de la correspondiente introducción sobre el origen de estos espacios desarbolados, se hace un repaso durante las diferentes estaciones del año a las especies más representativas, sus características, su capacidad de resistencia en un medio tan adverso, e incluso a las problemáticas a las que últimamente tienen que enfrentarse, y que son cada vez mayores. Manuel Calderón también es el autor de las fotografías (con excepción de cuatro de ellas que pertenecen a buenos amigos, en concreto Agustín Sanabria, José Mª Llavori y Teresa Alarcón, también convenientemente citados en el libro), e ilustra un trabajo llevado a cabo dentro de ANSER, tras muchos años de trabajo de campo.
Pero esto no es todo, el proyecto al que pertenece la edición de este libro  incluye además una exposición itinerante que desde hace varias semanas está recorriendo distintos colegios de La Serena, y está previsto exponerla en muchos otros de Extremadura. También se expondrá en centros sociales de distinto tipo.
Libro y exposición, junto con un tríptico de apoyo a esta, forman parte de un proyecto de educación ambiental llevado a cabo por ANSER en toda la región extremeña, que ha sido financiado por la Dirección General de Medio ambiente del Gobierno de Extremadura y el Fondo Europeo de Desarrollo Rural.
Al estar subvencionado por las entidades indicadas, este libro no puede venderse. Como se preveñia en el proyecto inicial, lo estamos entregando gratuitamente en todos los colegios por los que pasa la exposición, y también en bibliotecas municipales.
De todas formas y como en ocasiones anteriores, estamos ultimando una segunda edición financiada íntegramente por ANSER y que por tanto venderemos en nuestra tienda verde. Tendrá obviamente el mismo contenido, pero la encuadernación será en tapa dura, a diferencia de la actual que es en rústica; o sea, que será mucho más lujosa. El problema es que por falta de fondos esta edición es de tan solo 150 ejemplares, que llegarán hasta donde lleguen...
Tenemos previsto tenerlos a la venta coincidiendo con el FESTIVAL DE LAS GRULLAS, que se celebrará el próximo día 30 en el parque Periurbano de Moheda Alta en Navalvillar de Pela (Badajoz). Por supuesto tendremos una carpa con material, y lo que es más importante, con diversas actividades de educación ambiental para niños.

Próximamente trataremos aquí sobre la exposición, porque merece una entrada aparte, y porque en esta ocasión aprovechamos para completar estas líneas con unos fragmentos de textos del libro, y también de fotografías, escogidos por el autor para su propio blog, y que aquí reproducimos:
 Los llanos desarbolados son el resultado de un lento proceso de deforestación del paisaje primigenio, producido por las acciones humanas tradicionales (agricultura y ganadería extensivas). Esa lentitud en la transformación del paisaje ha permitido la supervivencia de muchas especies, que habiéndose adaptado plenamente a este tipo de hábitat, necesitan que esas acciones se mantengan dentro de unas condiciones muy precisas para poder sobrevivir.

Son estos unos espacios con una rica avifauna adaptada a un entorno ciertamente hostil, y que muchas veces son difíciles de observar debido a sus plumajes crípticos, plenamente adaptados al entorno.

Algunas de estas aves dependen exclusivamente de los llanos (la avifauna esteparia propiamente dicha), mientras que otras se pueden considerar mixtas, puesto que también frecuentan otros biotopos. Del mismo modo las hay que habitan en los llanos de forma permanente, y otras que están sujetas a los flujos migratorios.



PRIMAVERA.
La primavera es sin duda la estación más atractiva y sugerente de todas. El buen tiempo y la abundancia de alimento invitan a la reproducción. Los cortejos de algunas aves como Avutardas y Sisones son sumamente elaborados y espectaculares.



 Otras especies  como Abubillas, Alondras, Calandrias, Cogujadas, y Terreras inundan el llano con sus sonidos, y por las noches Alcaravanes y Mochuelos toman el relevo en una sonata que no parece tener fin.


En pocos días, como si el tiempo apremiara, totas las especies de aves del llano comienzan la nidificación. El ciclo de la vida no puede parar.



VERANO.
Es en estos días tiene lugar la cosecha de los cereales. Algunas especies que habían confiado en lo que creían una cobertura vegetal permanente, de gran tamaño y uniformidad y por tanto un lugar óptimo para instalar sus nidos, se ven de pronto sorprendidas por la presencia de las cosechadoras, y ahora esos nidos corren peligro. Las acciones llevadas a cabo por los voluntarios de ANSER salvan a muchos de ellos.



Los calores de finales de junio y del tórrido julio hacen que el agua se convierte en un recurso escaso y sumamente preciado. Las charcas ganaderas se convierten en auténticos oasis, de los que dependen en gran medida las aves del llano. Algunas aves típicamente granívoras como Gangas y Ortegas, cuyo alimento es extremadamente bajo en agua, son las que más van a necesitar el preciado líquido, recorriendo para ello grandes distancias en vuelo.



Avutardas y Sisones van a la zaga en la búsqueda de agua, pues siendo insectívoras durante la primavera, en verano comienzan a cambiar su dieta con la ingesta de semillas. En cualquier caso, tanto Avutardas como Sisones no desdeñan la posibilidad de ingerir brotes verdes de alfalfa, cuyo contenido en agua es muy elevado, e incluso uvas todavía sin madurar, siempre y cuando dispongan de tales recursos en el llano.



OTOÑO.
La tierra del llano agradece la llegada de las lluvias mostrando otra vez las tonalidades verdes y hasta una considerable floración, que si bien no llega a los niveles de la primaveral, vuelve a inundar de colores el campo.

La agrupación se convierte en una estrategia defensiva. Ahora las aves esteparias permanecen juntas, como si quisieran ofrecerse apoyo para afrontar los difíciles tiempos que están por llegar.


A mediados de Octubre comienza la caza de las especies del llano. Aves como Perdices y Codornices pagan un alto tributo, al tiempo que el resto sufren las molestias de disparos y carreras de perros.

Poco a poco llega el frío y con él nuevas oleadas de aves migratorias surcan los cielos del llano. Algunas como Grullas y Ánsares es frecuente que hagan una parada en busca de alimento, en esencia larvas de insectos, bulbos, raíces y sobre todo semillas.



INVIERNO.
El frío permanece. En los llanos desarbolados la temperatura se desploma durante las noches, y al amanecer el suelo aparece de un color blanquecino. Son las heladas, con las que cada noche se congela la capa superficial del terreno.

Para las aves del llano la ingesta de alimento se hace más necesaria que nunca pues de ella depende el mantenimiento de su energía y calor corporal, pero es justo ahora cuando este recurso más escasea. La búsqueda del sustento se convierte en la principal tarea diaria para las aves del llano. Sobrevivir depende de ello. Para casos extremos muchas aves recurren a las reservas de grasa acumuladas meses atrás durante la época de abundancia.

Los individuos más débiles han quedado en el camino, y el resto se encuentra en el límite de sus fuerzas. Pero justo cuando la situación parece haber llegado al límite, surge un rayo de esperanza. Los días se alargan, las lluvias son más frecuentes, el ambiente se hace más cálido y en general la vida se hace más fácil.

El crudo invierno toca su fin. Se percibe la llegada de una nueva primavera con renovadas apetencias de vida. Se ha completado el ciclo anual en el llano.
  Amenazas.

En tiempos recientes se han empezado a producir una serie de alteraciones que amenazan con desestabilizar el orden natural que se mantuvo durante siglos. Entre ellas podemos citar como principales:
-       Cambios en el uso del suelo (urbanizaciones, usos industriales, forestaciones).
-       Intensificación agrícola.
-       Uso cada vez mayor de herbicidas y pesticidas.
-       Colocación de alambradas sin ningún tipo de control.
-       Proliferación de tendidos eléctricos, la mayoría de las veces sin una adecuada evaluación de impacto ambiental.
-       Destrucción de linderos.
-       Disminución de barbechos.
-       Pérdida de la alternancia de cultivos.
-       Uso de variedades de ciclo corto y transgénicos.
-       Implantación de cultivos arbóreos y hasta de regadíos.



Estas problemáticas tienen una serie de posibles soluciones:
-       Evitar cambios drásticos en el uso de estos hábitats (urbanización, plantas fotovoltaicas, reforestaciones, regadíos,...), y someter cada caso a un riguroso y verdadero informe de impacto ambiental.
-       No roturar bajo ningún concepto las zonas de pastizales naturales.
-       Limitar el uso de herbicidas y pesticidas, y en todo caso emplear productos de baja toxicidad (AAA o AAB) y en las dosis recomendadas (mejor aún, aplicar los principios de la agricultura ecológica).
-       Establecer barbechos de uno a tres años.
-       Respetar las lindes.
-       Introducir leguminosas de grano y forrajeras en la rotación.
-       Retrasar la fecha de cosecha.
-       Mantener el rastrojo hasta la siembra siguiente.
-       Pastoreo en pastizales naturales y rastrojos para evitar incendios.
-       Elegir entre las variedades de cereal las de ciclo más largo.
-       Cosechar sólo con luz solar.
-       Usar semillas blindadas sólo con productos de baja toxicidad.
-       Ofrecer alternativas para la nidificación de las especies trogloditas (Cernícalo Primilla, carraca...).
-       Promover el uso ganadero de estos territorios, pero evitar la presencia de ganado en los meses de abril y mayo.
-       Promover la presencia de puntos de agua en las zonas más secas.

Los llanos desarbolados son unos espacios singulares, que si bien se pueden alejar bastante de la idea preconcebida que pudiéramos tener sobre lugares con belleza natural o de espacios de interés faunístico, en realidad conforman unos paisajes de gran belleza, por sus amplios horizontes así como por sus cambios de color en función de la estacionalidad, y además albergan una comunidad biológica de gran riqueza, en la que las aves son sin duda el pilar más importante. De la conservación de estas extensiones desarboladas depende la pervivencia de sus moradores, y es nuestra responsabilidad contribuir a esa conservación como legado a las nuevas generaciones.



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